Desafíos didácticos en el ámbito de la comprensión y producción de textos: un ejemplo desde la educación remota

El curriculum de Lengua y Literatura se proyecta como un espacio significativo en la formación de los alumnos, transversal a la formación de otras disciplinas, y que se orienta desde un enfoque cultural y comunicativo estructurado en el desarrollo de cuatro habilidades, para formar personas competentes en Lectura, Escritura, Comunicación oral e Investigación en lenguaje y literatura.  En este sentido, el Mineduc enfatiza la enseñanza de la lengua y literatura en un doble rol: por un lado, desde un enfoque cultural y por otro lado un enfoque comunicativo, en el que se “busca desarrollar competencias comunicativas que son indispensables para una participación activa y responsable en la sociedad”. Esta mirada dual, no tiene otro objetivo que el de formar hombres y mujeres comunicativamente competentes, con conciencia de su propia cultura y de otras, reflexivos(as) y críticos(as).

Hoy, en un contexto de pandemia mundial, la estructura primaria de este curriculum amplio y de doble enfoque se reestructura, como respuesta a una necesidad de fijar lineamientos fundamentales para ser desarrollados en una educación remota o semi presencial, bajo el nombre de Priorización Curricular. En el análisis realizado por el departamento de Lenguaje de nuestro colegio, esta propuesta de priorización ministerial se traduce en un desafío, que determina repensar dicha organización curricular en actividades sistemáticas integradoras, pertinentes a las necesidades de nuestros alumnos, por lo que se planifican los procesos desde el  principio de flexibilidad. En el sentido una lectura respecto a la priorización no sigue un camino lineal, por ejemplo, en el avance de los objetivos de aprendizaje y sus niveles de priorización, como ocurre en otras área del curriculum, donde un objetivo está supeditado a otro, y permite avanzar en actividades orientadas a trabajar en forma paralela los objetivos de aprendizaje propuestos, inclusive pudiendo incluir, en algunos casos, una mirada interdisciplinaria.

En los cursos de Segundo Ciclo y Enseñanza Media, La propuesta de Priorización Curricular en Lengua y Literatura presenta entre ocho a diez objetivos prioritarios para el año, distribuidos principalmente en un par de objetivos de comprensión de lectura (literaria y no literaria), dos objetivos de escritura, tres objetivos de comunicación oral y uno en investigación sobre lengua y literatura. Esta organización es la verdaderamente desafiante: El primero desafío a nivel de lectura, entendiendo que, en el contexto nacional, es la base de las mediciones estándar, y su desarrollo tiene consecuencias en todos los procesos de aprendizajes de forma transversal. Además, con una necesidad de desarrollar habilidades superiores como meta final. El segundo de safio, en el plano de la escritura, como medio de creación, pero también como un acto de comunicación de significados obtenidos de su comprensión, basados didácticamente como La utilización sistemática del lenguaje escrito en situaciones reales de comunicación, apropiando a los estudiantes gradualmente sus características y considerar la escritura como un medio para comunicarse con otros”. El tercer desafío, sin duda, el desarrollo de la oralidad. Existen muchas miradas que ven una dicotomía que enfrenta a la lectura y la escritura con la oralidad. De hecho, en educación podemos encontrar manifestaciones que centran la lectura y escritura en espacios más académicos y formales y al desarrollo de la oralidad a espacios de informalidad. De alguna manera, los jóvenes manifiestan la dificultad que conlleva leer y escribir, como ejercicios formales, muy estructurados y artificiales, y la oralidad como un ejercicio más cercano, verbalizando inclusive quela expresión oral no necesita instrucción, pues se trataba de una habilidad aprendida de manera natural, doble desafío, en un mundo donde las competencias comunicativas orales son vitales para el desarrollo del conocimiento. Finalmente, el último desafío es articular todo este proceso desde un entorno virtual, donde, la relación del estudiante y su desarrollo de habilidades se ha fragmentado, y pareciese más lejano.

Ejemplo de un desafío didáctico en el trabajo remoto actual: Construir una Cápsula Informativa Audiovisual, desde la comprensión de un texto literario.

Tal como señalábamos en un inicio, el gran desafío del proceso de enseñanza – aprendizaje en Lengua y Literatura en el contexto 2020 es, de la mano de esta Priorización Curricular, desarrollar competencias de los alumnos para movilizar su inteligencia y capacidades, en distintos planos, para la construcción de significados; llevar a las y los jóvenes a la lectura de textos complejos, que les planteen desafíos cognitivos, afectivos y valóricos; llevarlos a adoptar actitudes estratégicas de interrogación de los textos -activar sus propios conocimientos o esquemas cognitivos para anticipar el contenido, realizar inferencias, formar imágenes mentales, elaborar esquemas, organizadores gráficos, resumir y emitir juicios críticos, etc.- y, simultáneamente, llevarlos a construir, sistemáticamente, referentes culturales comunes, tanto en relación a los tipos de texto, como a las redes de conocimiento”. Todo lo anterior bajo un manto diferente: LA EDUCACIÓN REMOTA.

En Segundo Año Medio, se desarrolló una experiencia, en el contexto del plan lector, que convocó no solo competencias en el ámbito de la lectura (en sus distintos niveles), sino que se incluyó el desarrollo de habilidades de escritura, expresión oral y uso de la tecnología. El desafío didáctico era construir una Cápsula Informativa Audiovisual, analizando temáticas en cuentos del texto literario “Bestiario” de Julio Cortázar, considerando los siguientes Objetivos Priorizados: A) Lectura: Formular una interpretación de los textos literarios leídos o vistos, que sea coherente con su análisis; B) Investigación y Literatura: Realizar investigaciones sobre diversos temas para complementar sus lecturas o responder interrogantes relacionadas con el lenguaje y la literatura y C) Expresión Oral: Expresarse frente a una audiencia de manera clara y adecuada a la situación para comunicar temas de su interés

El principal desafío era la realización de una secuencia didáctica que consideraba el desarrollo múltiple de habilidades, para lo cual se decidió sistematizar el proceso en fases, que se hicieran cargo de cada habilidad:

Fase 1:

  1. a) Lectura: de un cuento del texto Bestiario y su análisis a partir de preguntas generales
  2. b) Investigación: a partir de un tema, utilizando herramientas tecnológicas para la búsqueda, selección y validación de información.

Fase 2:

  1. c) Producción de un texto analítico escrito, para dar respuesta a las interrogantes de la investigación y con ello construir las bases y guion de una cápsula audiovisual. El texto, considera, además, aspectos formales de la investigación como la validación y citas de fuentes y las referencias bibliográficas.

Fase 3:

d)Producción oral, a partir de la creación de una cápsula audiovisual informativa, donde integrarán los resultados de su lectura e investigación, considerando además la integración de herramientas tecnológicas, como Prezi Videos o Sony Vegas, entre otros.

Uno de los procesos más relevantes, fue que cada fase, enmarcada en un objetivo específico, avanzara como base y sustento para la siguiente, y con ello, asegurar la construcción del objeto final. En este sentido, un concepto fundamental era la retroalimentación y modelamiento, tanto grupal como individual. Esta acción, descrita como la entrega de información que provee un agente como podría serun profesor o un par fue un elemento fundamental en el andamiaje de las actividades. Que el alumno pudiera revisar la retroalimentación y considerar corregir las áreas para mejorar el aprendizaje se transforma en un proceso esencial, dado que, en un nuevo escenario, que también presenta un nuevo paradigma evaluativo, nos plantea que no es suficiente proporcionar una calificación final expresada en números, el estudiante espera información que le aporte algo que le ayude a comprender un conocimiento nuevo, que le lleve a saber algo más.

Finalmente, considerar el uso de la tecnología como facilitador y transformador de procesos de aprendizaje, que permiten centrarse más en cada alumno y desarrollar competencias y habilidades del siglo XXI.Quizás uno de los desafíos más complejos a nivel de alumnos y profesores, y que para la experiencia relatada tiene un rol fundamental, es apropiarse de los recursos, y ponerlos al servicio de una actividad, que probablemente, bajo otra circunstancia, habría conseguido establecer acciones que solo quedan en un aula, en una disertación, y no lo que esperamos, que estas acciones se proyecten en sus quehaceres académicos futuros.

Juan Herrera Chandia

Jefe de departamento de Lenguaje y Comunicación